Lunes 05
Mayo 2008

LA CRISIS ESTUDIANTIL, SOCIAL Y POLITICA DE 1968 EN FRANCIA

El "Mayo francés", desde la mirada de su líder, cuarenta años después

En su libro sobre aquellos días, Daniel Cohn Bendit advierte que "el mundo de hoy ya no es más el del 68".

Por:  María Laura Avignolo
Fuente: PARIS CORRESPONSAL

"Forget 68", dice Daniel Cohn Bendit, con la misma sonrisa insolente que fue su marca en el Mayo Francés. "Olviden el 68". Lo repite en inglés primero, en francés después y en su maternal alemán. Hasta así se llama su libro, donde trata de explicar la "rebelión planetaria" que él lideró en París en 1968 en las barricadas y ocupaciones y marcó al mundo para siempre.

Cuarenta años después de la crisis estudiantil, social y política del 68 francés, "Dany el rojo" conserva el espíritu, la libertad de decir lo que nadie espera o se atreve con la alegría libertaria, la gracia y la oratoria precisa y atípica que deslumbró a los estudiantes, a los profesores y, especialmente, a las jóvenes del Mayo Francés. El pelo sigue siendo pelirrojo y las pecas se han multiplicado con la adultez. Su irreverencia sigue intacta.

"¡El 68 se acabó! Eso no quiere decir que el pasado esté muerto, pero sí que está escondido debajo de 40 toneladas de piedras que han cambiado el mundo. El mundo de hoy no es más el del 68. El 68 fue el primer movimiento global difundido en tiempo real. Han cambiado nuestras sociedades. Socialmente, decimos culturalmente, nosotros hemos ganado", explicó Dany en su libro, interrogado por Stephane Paoli y el sociólogo Jean Viard.

Dany, como todos lo llaman, desde la gente en la calle a sus compañeros diputados "verdes" europeos en el Parlamento en Estrasburgo, no quiere más entrevistas sobre "Mayo del 68". Siente que lo ha dicho todo y prefiere hablar del presente, del futuro, de los jóvenes, de la inmigración. Dany, el libertario, es hoy ecologista político, "la nueva emergencia", inevitable para todos en el siglo XXI, otra heredera del 68.

Desde su oficina parlamentaria en Bruselas, Dany es terminante: "No quiero volver a hablar del 68." Su gran preocupación es explicárselo a su hijo adolescente de 17 años, que le ha colocado como pantalla a su teléfono celular esa famosa foto de él mirando a un policía en la puerta de la Sorbona, con la insolente sonrisa que es su "label" (etiqueta), como le gusta decir.

Lo más importante para Dany es precisar que el Mayo del 68 "no fue una revolución sino una revuelta", para asombro de Jean Paul Sartre, que soñaba con ella e idolatraba a los estudiantes rebelados. "Un rechazo a la moral puritana gaullista", al conservadurismo tradicional, al aburrimiento francés, como mencionaba el famoso editorial de Le Monde.

"Es allí donde reside la dificultad", explicó pedagógicamente. Cuando en Nanterre, miles de estudiantes van a la huelga es para reivindicar la reforma de las universidades.

La historia lo puso en otro contexto al gesto. Siempre la consideraron una decisión para acceder al dormitorio de las chicas, en la universidad construida en el aislamiento de los suburbios y con edificios separados por sexos. "Es porque la historia ama los agujeros de las cerraduras. Y los simplifica", responde Dany.

"Lo que se debe recordar es el carácter surrealista de este movimiento, liderado por una masa de jóvenes que quieren liderar su propia vida. 'Nosotros queremos vivir como lo concebimos', decíamos. Contra esta sociedad que ellos juzgan autoritaria y controlada por los hombres, ellos quieren volverse maestros de su propia vida. No se puede olvidar el contexto de esa época. Era un mundo puritano increíble. La revuelta tenía como objetivo la moral ambiente, una concepción autoritaria de la vida, una moral autoritaria. Era una sociedad que al menos tenía tres ventajas: no había sida ni desempleo ni crisis ecológica ni los problemas del CO2. Es la última revuelta que no habla de la degradación climática", recuerda Dany.

En plena guerra de Vietnam, con Mao en China y Fidel Castro en Cuba, Daniel Cohn Bendit recuerda que el movimiento no tenía como objetivo tomar el poder. Es más: pasaban las marchas por los ministerios vacíos sin tomarlos. Sólo ocupaban universidades, hoteles de lujo, radios para comunicar, colegios y fábricas.

"Contrariamente a los revolucionarios que quieren el poder político, la rebelión de 1968 quería el poder de su propia vida. Los ministerios no tenían nada que ver. Cuando los revolucionarios intentaron quemar la Bolsa de París, eso no le interesó a nadie", explicó en su libro.

El problema de la falsa lectura ideológica del 68 estuvo en manos de la izquierda y los gaullistas, que no entendían que los rebelados querían vivir de otra manera, buscaban otro tipo de sociedad y no pretendían la toma del poder. Preferían "la imaginación al poder", uno de los tantos eslóganes que cubrieron los muros de París, junto al "prohibido prohibir".

Cohn Bendit tuvo su primer instinto de rebelión después de que una profesora en el colegio tiró de sus pelos y vio cómo les pegaban a sus compañeros en los dedos de la mano con una regla. Se fue al peluquero y volvió pelado. Ante el asombro de su madre, respondió: "Al menos jamás me volverá a tirar del pelo." Su rebelión fue contra esa sociedad autoritaria, tradicional y conservadora. Su oratoria libertaria y atípica desconcertó y desestructuró a los revolucionarios tradicionalistas. Nada más fascinante y difícil de emular que un debate con Dany.

Cohn Bendit recuerda que los obreros se sumaron a la revuelta fábrica a fábrica, en función de su propia vida cotidiana, hasta llegar a la huelga general y no por decisión de los sindicatos. Sólo una minoría de los que hicieron el Mayo del 68 eran revolucionarios.

"Se debe comprender que Mayo del 68 fue una fuerza inmensa de innovación en la medida que puso fin al mito revolucionario. Los grupos autoritarios, izquierdistas, de ideología totalitaria, eran numerosos. Pero eso que pasó en la calle estaba en total contradicción con la predeterminación de maoístas, trotskistas e incluso nosotros, los libertarios", recuerda. "Un nuevo imaginario político aparece para prolongar este movimiento en un sentido no totalitario", sigue.

El "fin del mito revolucionario", una revuelta "feliz" y "poder para uno mismo" fue su herencia. Según Dany, "el problema actual es que la necesidad de emancipación para el diálogo y la comunicación ha sido reemplazada por Star Academy (un famoso reality show), una falsa imagen de diálogo".

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La rebelión de los estudiantes
El "Mayo francés" de 1968 fue la rebelión estudiantil más famosa del siglo XX. La protesta empezó el 22 de marzo de ese año en la Universidad de Nanterre, cuando un grupo de estudiantes liderados por Daniel Cohn Bendit protestó contra el autoritarismo, reclamó una mejor calidad de la enseñanza y el reconocimiento a los docentes, y tomó brevemente las instalaciones. El 3 de mayo, la Sorbona se solidarizó. La Policía invadió el edificio y reprimió a los estudiantes. A partir de entonces, todas las facultades de París se declararon en huelga, y las centrales sindicales llamaron a un paro general contra la represión y en apoyo a los estudiantes. La ciudad fue escenario de marchas masivas, barricadas e incendios de vehículos. Hubo miles de detenidos y cientos de heridos. Las protestas llegaron a tal punto que el presidente Charles De Gaulle disolvió la Asamblea Nacional y se celebraron elecciones anticipadas el 23 de junio de 1968.

La revuelta, día por día
22 de marzo: el ambiente se recalienta en Nanterre, una universidad en las afueras de París. Un grupo de estudiantes libertarios protesta contra lo que llaman "hipocresía sexual". Los lidera un alemán: Dany Cohn Bendit. Nace el movimiento 22 de Marzo. Ocupan la universidad. La Policía interviene.

3 de mayo: la Sorbona, ocupada por los estudiantes, es evacuada y cerrada. El poder le abre la puerta a la rebelión. Se desatan violentos enfrentamientos entre la Policía y los estudiantes.

10 de mayo: se dan los peores y más largos enfrentamientos. Es la "noche de las barricadas". Hay 367 heridos y la Policía trata de evitar que se produzcan muertos. Los sindicatos anuncian una huelga general para el 13 de mayo. El paro encuentra a obreros y estudiantes unidos, en una amplitud que nadie esperaba.

17 de mayo: manifestación de estudiantes y obreros de Renault. Ocupan fabricas en todo el país.

20 de mayo: el secretario de Empleo, Jacques Chirac, mantiene el puente abierto con los sindicatos por orden del presidente, general Charles De Gaulle. Hay 8 millones de huelguistas.

22 de mayo: Daniel Cohn Bendit tiene prohibido residir en Francia. Los estudiantes desfilan escandalizados.

23 de mayo: diez días de huelga general. El país está paralizado.

27 de mayo:
obreros votan la continuación de la huelga. Los sindicatos discuten el famoso acuerdo de Grenelle. Las huelgas continuarán hasta el inicio de junio.

28 de mayo: Fran»cois Mitterrand propone a Pierre Mendes France para formar un gobierno provisorio. Se propone como candidato presidencial.



Sarkozy, "un adolescente"
Nicolas Sarkozy no podría haber sido presidente de Francia con tres esposas y una familia recompuesta sin la rebelión del 68 . "De Gaulle se debe revolver en su tumba", dice Cohn Bendit, muerto de risa, al observar lo que pasa en el Elíseo. "Al lado suyo, yo tengo el aire de un verdadero conservador que no tiene más que un hijo con su mujer y otro de una relación anterior. Nosotros somos una familia recompuesta, pero al lado de Sarkozy somos niños de pecho. Uno tiene la sensación de ver a un adolescente incapaz de gerenciar sus afectos."