Néstor Restivo BOGOTA. ENVIADO ESPECIAL.
El presidente colombiano Alvaro Uribe buscará hoy ser reelecto hasta 2010 apoyado en una alta popularidad por su política de seguridad.
Hay desplegados 320 mil soldados y policías —toda la fuerza pública nacional— y se decretó veda de alcohol y armas pero libre albedrío para que cada municipio imponga toque de queda. Hay calma en la calle pues es feriado largo (el lunes festejan Corpus Christi) y muchos eligieron salir de paseo y no votar, lo que es voluntario en Colombia.
En la avenida 7 hay poca gente. Y mientras compra un billete en Apuestas Echeverry, Efraín Lizarazo dice que anda sin plata para salir, pero que no votará pues no cree en nada más que un golpe de suerte. En Colombia, segundo país más poblado de Sudamérica con 46 millones de personas, hay un padrón de 27 millones. Pero es norma que no más del 50% vaya a las urnas.
A Uribe, de raíz liberal pero aliado a conservadores y grupos de derecha, lo desafían el liberal Horacio Serpa y Carlos Gaviria del Polo Democrático, más otros tres candidatos sin chances.
Gaviria dijo ayer a Clarín: "Confiamos en la segunda vuelta, pero si no la hay igual habremos logrado un alto caudal de votos. Y nos interesa, más que esta coyuntura, crear una alternativa progresista para Colombia". No descartó que pudiera haber fraude en algunas zonas.
Ante periodistas extranjeros, entre ellos Clarín, Uribe negó un posible fraude y también que intente una re-reelección. También aseguró que no va a proponer "a las FARC terroristas un diálogo de paz, como ya hay con el ELN, en tratativas que alberga generosamente Cuba y con participación europea". Preguntado si aceptaría una mediación del venezolano Hugo Chávez para un canje de secuestrados por presos, se mostró "abierto a toda cooperación internacional". Uribe también negó estar aislado del resto de Sudamérica por su ideología. "Ya no hay derecha e izquierda, eso era antes", indicó.
Si Uribe no saca 50% más 1 voto habrá ballottage. La participación o abstención será clave. Bogotá, Cundinamarca, Antioquia (con Medellín), Valle (con Cali) y Santander son las regiones con más electores. En las ciudades, el Polo deposita su esperanza, definiéndose como "voto de opinión" frente a Uribe apoyado por las elites y muchos pobres.
Aunque Uribe gane (lo que sucederá si se cumple lo que dicen las encuestas), la elección es singular por varias razones. Es el primer intento reeleccionista en democracia (López Pumarejo fue la última experiencia fallida hace 60 años); sería la peor elección
histórica del PL, el gran partido del siglo XX que nunca quedó afuera de los dos más votados; surgiría como novedad un frente progresista con agenda alternativa sobre cómo enfrentar la violencia y hacer un país más justo; y para los neoliberales, si vence Uribe cortaría el hilo de victorias en Sudamérica que ellos desprecian por "populistas", lo que seguiría, se entusiasman, con las derrotas de Ollanta Humala en Perú y Andrés López Obrador en México.
Cuántos participen hoy podrá definir si hay o no ballottage. Si lo hay, abriría un fuerte debate en Colombia sobre toda la agenda pública, lo que hasta ahora Uribe impidió, según la oposición. En los últimas sondeos, Uribe ganó con 54 a 57% de los votos. Pero es una zona de riesgo por el margen de error, los indecisos y el hecho del voto no obligatorio.
Desde el primer comicio de 1825 en la Gran Colombia, que incluía a Venezuela, Ecuador y Panamá y en el cual ganó un tal general Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios y Blanco con 96% de los votos (sólo fueron 608), en la historia colombiana se fue consolidando un alto índice de abstención. El record fue 70% en 1938, cuando ganó Eduardo Santos, un apellido de la elite entrelazada y algo endogámica que siempre mandó en Colombia. En las de 2002, sólo votó 46%.