miércoles, febrero 09, 2011

LOS PÁJAROS DE LA HABANA

sello del ejército rojoEnglish Russia

La noche golpea sus olas contra las rocas, y yo miro al Malecón sumergirse en una luz ámbar y acuática. Cardúmenes de turistas y habaneros vienen y van por la ancha acera; más allá, alguien acaricia las cuerdas caribeñas de una guitarra. No pasa mucho tiempo para que el compañero Vladimir (estudiante en Universidad de La Habana) y algunos de sus amigos se sienten en el muro, a mi lado. Alguno me vende una moneda con la efigie del comandante Guevara y hablamos de mexicanas noticias. Durante la conversación, Vladi se ha ausentado y ahora reparece con su “prima”, y sugiere que debo invitarla al hotel, al cuarto. Después de interrogarme sobre donde me hospedo, la trigueña afirma: “Ah, el de Miramar. Ya he estado allí muchas veces; no hay problema, papi”.Yo, que no lo dudo: “Sí, en Miramar, como Foción”. Ella se encoje de hombros; no, no sabe quien es Foción. Pero, ay, hasta las lecturas nos separan. La referencia no me salva; y un huracán de ofertas y promociones que nada envidia a los comerciales capitalistas nace; pero permanezco en un no continuo y monótono como la luz del faro. Ella se aleja, por vencida, con los chicos que prometen conseguirle otro yuma, uno dispuesto. Tras el inexplicable fracaso Vladi aguarda unos segundos, y sin tímpanos cerca, pregunta si prefiero que vaya él. Miro su tórax bajo la muy gastada playera Lacoste, miro escamas saltar entre las piedras, pienso en mi Eros de gratuidad, y no sé si Vladi, que oscila entre proxeneta y jinetero, es el “hombre nuevo” que la eugenesia revolucionaria prometía. Vladi, que imagina haber sido muy directo, ahora pregunta si el EZLN es bueno o malo; me fastidia: moros o cristianos, blanco o negro; murmuro: “bueno”.

—Es que aquí no te enteras —en sotto voce— con dos canales de televisión, ya tú sabrás.

Pienso decirle que es peor en México, pero cuestiono: “¿No es eso contrarrevolucionario? Qué no te oigan, la tele estará mala pero la educación y la salud son gratis”. Vladi sonríe y dice: “Eso es de Fresa y Chocolate. ¿Te gusta el cine?”. Contesto preguntando sobre varias películas donde L’abana. Él hace lo propio; no entiende como no vi la secuela de Los vampiros en la Habana. Y aun cuando ya sé la respuesta, pregunto: “¿Y tú has visto P.M.?” Vladi niega con la cabeza: “Tú eres el contrarrevolucionario”. Y vuelve a sonreír.

P.M. Y CENSURA
P.M. es un fantasma sin exhibición que recorre la Isla y nadie llama… pero me adelanto; regresemos la cinta. En 1961 Aquilón sopla alrededor de Cuba. El embargo económico se ha iniciado y también los intentos para asesinar a Fidel. El 16 de abril se declara el carácter socialista de la revolución. Del 15 a 20 de abril, la administración Kennedy decide ejecutar la operación militar (sufragada subrepticiamente, y con Daddy Bush al mando de la CIA) en Bahía de Cochinos; el imperialismo yanqui sufre su primera derrota; y la heroica defensa de Playa Girón deriva exaltaciones nacionalistas.

Con estos vientos belicosos, Sabá Cabrera y Orlando Jiménez Leal izan la vela hacia lo oscuro (bajo el concepto de free cinema) y filman. En P.M., la noche anda por muelles y cantinas, donde prostitución y homosexualidad juegan como hoy en el Malecón. La noche con letargo, entre tragos de ron y volutas de tabaco, se deja arrastrar a las confidencias, a las miradas, al contraluz, al deseo; y, cubana como es, revienta voluptuosa al ritmo del guaguancó, como las caderas y nalgas de una negra a la que Jiménez Leal da close-up glorioso. La errata de P.M. es capturar lo dionisiaco cuando se exigen el gesto adusto, las togas solemnes, los recatos espartanos.

P.M. se trasmite por Lunes en televisión y no escapa a la pupila censora de Instituto Cubano del Arte e Industrias Cinematográficos (ICAIC), al mando de Alfredo Guevara. Y cuando se pretende exhibición en el Rex cinema, la comisión de estudios y clasificación de películas, dependiente del ICAIC, decomisa el cortometraje por no(civo), es decir: “pintura parcial de la vida nocturna habanera, que empobrece y desfigura y desvirtúa la actitud que mantiene el pueblo cubano contra los ataques arteros de la contrarrevolución a las órdenes del imperialismo yanqui”(1). El ICAIC niega injerencia en sus políticas, pero en 1961, el neorrealismo (de Sica y de Zavattini, el último invitado del ICAIC) tenía el celuloide más ad hoc al realismo socialista de apetencias soviéticas que el free cinema.

La discrepancia adquiere tonalidades políticas, y se vuelve un franco ataque contra Carlos Franqui (director del periódico Revolución) y Caín (Guillermo Cabrera Infante) director del suplemento “Lunes de Revolución” por criticar a Zavattini, y por las posiciones incluyentes en Revolución. Los intelectuales apoyan a P.M. pero se crea un nudo en torno a la censura; pero tal vez mal interpretamos; dejemos la voz de Caín para escuchar el balido de Abel. Lisandro Otero dice: “Los viejos enemigos de Franqui, en el antiguo Partido Socialista, se acercaban peligrosamente al poder y a Caín se le ocurrió un excelente ardid para dificultarles el camino (…) Fabricó un incidente para causar alarma entre los intelectuales con un documental intrascedente (sic)”(2). Ante tal gordiano, el poder desenvaina la espada, como siempre, y da la misma magna y filosa respuesta: Yo.

MADRE PATRIA Y MADRE REVOLUCIÓN
                                                                                    
                                                                                     Manos esclavas
en nombre de la patria y sus sagrados principios.
Reinaldo Arenas.
El poder utiliza su retórica para caracterizar de manera corpórea ciertas construcciones mentales; así, Nación, Patria, Revolución, Gobierno, Estado, País, adquieren su mayúsculas y su perfil descomunal. A este Moloch toda faena gubernativa consagra sus sudores; prosopopeyas y mayúsculas justifican toda acción autoritaria. El debate sobre P.M. deriva en encuentro entre los intelectuales cubanos y el gobierno revolucionario, los días 16, 23 y 30 de junio de 1961. El discurso de clausura, con aire de evangelio intitulado “Palabras a los intelectuales”, corre a cargo de Fidel:

el artista más revolucionario sería aquel que estuviera dispuesto a sacrificar hasta su propia vocación  artística por la Revolución [……………..] Esto significa que dentro de la Revolución, todo; contra la Revolución, nada. Contra la Revolución nada, porque la Revolución tiene también sus derechos; y el primer derecho de la Revolución es el derecho a existir. Y frente al derecho de la Revolución de ser y de existir, nadie —por cuanto la Revolución comprende los intereses del pueblo, por cuanto la Revolución significa los intereses de la nación entera—, nadie puede alegar con razón un derecho contra ella.(3)

Este discurso es reducido al apotegma “dentro de la Revolución, todo; contra la Revolución, nada” y se descontextualiza y bifurca. En la Isla, hay quien lo justifica y con cinismo le otorga vigencia(4). En el exilio, la máxima se esgrime como prueba irrefutable del “estalinismo tropical de Castro”, y en una edición idéntica a Antes que Anochezca (Fidel pronuncia-represión en marcha-intelectuales perseguidos) y una década es borrada. Por ejemplo, Juan Antonio Blanco dice: “derivó, al institucionalizarse en los setenta el proceso cubano en una sociedad postrevolucionaria, en aquel enunciado por Mussolini mucho antes: ‘Dentro del Estado todo, contra el Estado, fuera del Estado, nada’”(5). Pero el de Blanco es un truco de chistera sin fulgores mayores; yo saco al conejo. Odi le mie parole, io ti scongiuro, così sia!: “No preguntes lo que tu País puede hacer por ti, pregunta lo que tú puedes hacer tu País”, arenga Kennedy. En México, Díaz Ordaz justifica sus acciones, y, en nombre de la Patria, sentencia: “ni pretendidos rangos sociales o intelectuales, ni posiciones económicas, ni edad, ni profesión u ocupación, otorgan inmunidad. He de repetir: ¡Nadie tiene fueros contra México”(6). En el espuriato militar de simulaciones narcodemocráticas, tras las explosiones en Morelia, se confunden las granadas con las opiniones (con tragos de más suele pasar), y se nos advierte:

La Patria exige unidad de los mexicanos. Se puede discrepar, pero no deliberadamente dividir y enconar. Se puede opinar distinto en la libertad que nos han heredado nuestros próceres, en el marco de libertad que el propio Estado garantiza, pero no se puede atentar contra el Estado mismo.(7)

No importa quién enuncie, cuando se apele a las mayúsculas, la esencia misma del poder estará expresándose en su soberano o corifeos; la censura y quién la determina se haya en las bases mismas de la imaginería del estado moderno. En el apartado “De los derechos de los Soberanos por Institución” del Leviatán, Thomas Hobbes señala: “es inherente a la soberanía el ser juez acerca de qué opiniones y doctrinas son adversas y cuáles conducen a la paz”(8).

En efecto, el soberano no sólo se encargará de las opiniones válidas sino que nos recordará que frente al Leviatán la valía del individuo es nula: sólo el Estado tiene derechos. Frente a tales derechos a nosotros únicamente nos es lícito el miedo. En el encuentro cubano, el metus será enunciado por Virgilio Piñera:

PIÑERA: hay un miedo podíamos calificarlo virtual que recorre todos los círculos literarios de La Habana, y artísticos en general, sobre que el Gobierno va a dirigir la cultura. Yo no sé que cosa es la cultura dirigida, pero supongo que ustedes lo sabrán. La cultura es nada más que una, un elemento…pero que es esa especie de ola que corre por toda La Habana de que el 26 de julio se va a declarar por unas declaraciones la cultura dirigida, entonces…

FIDEL CASTRO: ¿Dónde corre esa voz?

PIÑERA: ¿eh?, se dice…

FIDEL CASTRO: ¿Entre quienes se corre esa voz? ¿Entre la gente que está aquí se corre esa voz? ¿Y porqué no lo han dicho antes?(9)

Piñera no delata; dice que la “voz” corre entre muchos conocidos, y que si lo expresa es porque no cree que los dirigentes vayan a encarcelar intelectuales. ¿Ingenuidad? No, escena temprana del teatro del absurdo.

El 22 de agosto de 1961 nace la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), que incluye en su dirección a Jorge Guillén, Lezama Lima y Cabrera Infante. Pero noviembre trae en las entrañas la desaparición de “Lunes” por “falta de papel” y el cese del Franqui. La ruptura entre los intelectuales y la revolución no es un Fidel dice ni un 24 x segundo editado en Hollywood sino un proceso de represión y subversión con diferentes actos, nudos y desenlaces.


MIEDO VIRTUAL Y DEPURACIONES ZOOLOGICAS
¿Por qué están esos pájaros cantando
si el milano y la zorra se han hecho dueños de la situación
y están pidiendo silencio?
Heberto Padilla
                    
Tras la risa de Vladi, le respondo: “¿Quién te dijo a ti que no soy revolucionario?” Vladi vuelve a reír. Pasa un chico cubano contoneándose con una remera del Che, y nos regala una mirada que acaricia las olas. El Caribe se calienta con la crisis de los misiles, octubre de 1962, y el “miedo virtual” deja de serlo. Dicen que el 11 de octubre(10) ocurre la “Noche de las Tres P”, no un homenaje a Pier Paolo Pasolini, sino una redada para detener a prostitutas, proxenetas y pájaros. Habanece, y el horno no está para bollos; y Piñera, que jamás lo estuvo, fue detenido en una panadería, por mirar el paquete, no el del nutricio pan, de un militar presente; Piñera es encarcelado, pero sale por intervención de Franqui.
(DEL PÚBLICO LE DICEN: “¡Los flojos de pierna, Fidel!”, “¡los homosexuales!”)¡Un momento! Es que ustedes no me han dejado completar la idea (RISAS Y APLAUSOS). Muchos de esos pepillos vagos, hijos de burgueses, andan por ahí con unos pantaloncitos demasiado estrechos (RISAS); algunos de ellos con una guitarrita en actitudes “elvispreslianas”, y que han llevado su libertinaje a extremos de querer ir a algunos sitios de concurrencia pública a organizar sus shows feminoides por la libre.(11)

"Florito volandero" revista mella

Muchos rotativos reproducirán la aprensión revolucionaria contra la decadencia juvenil y dan cuenta de las redadas. Toda influencia perniciosa es producto de la vieja sociedad burguesa; todo vicio es vicio del “mundo libre”. Desde revista Mella, el dibujante Virgilio Martínez carga sus tintas contra los indeseables. Si bien las páginas invertidas (de empleadas no de inversión) y sus caricaturas narran las fobias típicas de la época y exhiben una carga timorata marxista-judeo-cristiana, no constituyen un discurso moral sino un discurso de poder; ya que, a los discursos que versan sobre el sexo, y como Michel Foucault nos advierte:

no hay que preguntarles ante todo de cuál teoría implícita derivan o qué divisiones morales acompañan o qué ideología —dominante o dominada— representan, sino que hay que interrogarlos en dos niveles: Su productividad táctica (qué efectos recíprocos de poder y saber aseguran) y su integración estratégica (cuál coyuntura y cuál relación de fuerzas vuelve necesaria su utilización). (12)

En efecto, son una declaración que busca asegurar al aparato burocrático revolucionario toda actividad artística, y desde allí encausarla al proceso de legitimación del poder.

Los otros deben ser silenciados, negarles un rostro, nómbralos pájaros o gusanos; sin embargo, los esos por anular son identificables como José Mario, joven director de Ediciones El Puente (destinatario de “Florito” y encarcelado en este 65). Pero Mella sólo es uno de los engranes del principio de orquestación que la retórica aceita todos los días (pocas ideas deben repartirse, repetirse, repetirse desde diferentes perspectivas pero que desemboquen en el mismo concepto ¿Goebbels?) Así se trasmiten a las masas las dicotomías: local, nacional, heterosexual, productivo, pueblo, colectividad versus cosmopolita, extranjero, homosexual, improductivo, elites, individuo. (Mismo danzón fue dedicado a los Contemporáneos en México).
"Florito volandero" revista mella
Enero de 1966 ve nacer las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP), a ellas serán conducidos 30,000 (13) jóvenes para su “reeducación” a través del trabajo físico. En febrero aparece Paradiso, y, a la semana, es retirado de las librerías a causa de su capítulo VIII de adolescentes fálicos y homodiscursivos. No obstante la censura a la novela (Lezama sigue publicando) hay quién afirma que es sólo un difamación orquestada por CIA que pretende desvirtuar la relación de Lezama con la revolución. Tal vez; pero el hecho de que Paradiso sólo sea reeditado en Cuba hasta 1991 (14) no es una operación de la CIA.

DE VERDE OLIVO Y LA TREMENDA CORTE
lacayos sino firman y todavía más chacales cuando firman,
de qué sirve escribir midiendo cada frase,
de qué sirve pesar cada acción, cada gesto que expliquen la conducta
si al otro día los políticos, los consejeros, las agencias,
Julio Cortázar

“¡El tremendo juez, de la tremenda corte, va a resolver un tremendo caso!” dijo a Vladi que duda que picaresca radiofónica de Tres Patines sigan transmitiéndose en México; a mí me sorprende más haberla oído en la Isla; creo sólo Radio Martí la trasmite o tal vez fue la voz de un espectro. Disolvencia en blanco a 1968, dejemos que los fantasmas cojan su pudorosa sábana. Leopoldo Avila (sic; valentía y masculinidad no aceptan tildes) aparece en Verde Olivo (revista de las fuerzas armadas revolucionarias, devenidas en críticas literarias) y bajo tal pseudónimo Luis Pavón (15) (o José Portuondo, o Antonio Pérez Herrero, o Lisandro Otero o Raúl Castro) lanza ataques contra los intelectuales indeseables.

La aparición de Avila es resulta de la entrevista de Cabrera Infante a Tomas Eloy Martínez en “Primera Plana”; allí, Caín habla de su exilio, sus discrepancias con la revolución y de la “destrucción” de La Habana.

En “Las respuestas de Caín”, Avila califica a Cabrera Infante de “triste gatito del Imperialismo” y agente de la CIA; y a Tres Tristes Tigres, de libro insignificante que retrata sólo una Habana de borrachos, homosexuales, toxicómanos y prostitutas. Y al argumento de Cabrera sobre no poder escribir en la Isla, Avila sentencia: “Es claro que aquí no pueden escribir los contrarrevolucionarios; las reglas del juego son conocidas”(16).

En este 68 tenemos: el congreso cultural de La Habana que busca de conciliar en una sola vanguardia la artística y la revolucionaria; el cierre de las UMAP (denunciadas ante la ONU, y reclamo de la UNEAC, pero Fidel reconoce que duraron hasta 7 años); la redada de La Rampa y Hotel Capri, 25 de septiembre, contra jóvenes desviados; y el enfrentamiento mayor entre intelectuales y gobierno.

Fuera de juego de Heberto Padilla, Los siete contra Tebas de Antón Arrufat, Lenguaje de mudos de Delfín Prats, ganan los premios de la UNEAC (17); Dos viejos pánicos de Piñera, el de Casa de las Américas; y Reinaldo Arenas publica, fuera de la ínsula, la extraordinaria El mundo alucinante.

Lenguaje de mudos será retirado de las librerías y se destruirán los ejemplares. Delito: reiteradas alusiones homosexuales. Para el joven Prats de 23 años, no hay amigos que firmen manifiestos, será mandado a las UMAP; y cuando Pavón llegue al Consejo Nacional de Cultura ser “parametrado” y no podrá trabajar como traductor. Volverá a publicar hasta 1987.

Ya con Avila inventado, toca ir por el insignificante Piñera con el artículo “Dos viejos pánicos”. Virgilio es acusado de extemporáneo, ajeno al carácter cubano, burdo imitador. Dos viejos pánicos de absurda, no por el teatro del absurdo (invento piñeriano) sino por encontrarse fuera de la realidad revolucionaria. En este último aspecto Avila se empeña: “Si uno se pregunta de donde sale tanto miedo y trata de explicarse esta obra, teniendo en cuenta el medio social revolucionario en que se produce, no va encontrar respuesta posible” (18).

El ahínco del crítico militar no podría ser otro; en la obra de Virgilio sólo hay lugar para la desesperanza y el miedo; se come carne con miedo o “comeremos miedo con carne”(19) . Los protagonistas Tabo y Tota matan el tiempo, juegan a fingirse muertos porque sólo muertos se puede decir y hacer. También juegan ser otros, ora corrompidos por el tiempo, ya incapaces de mirarse en un espejo, mientras llenan planillas para un poder descomunal que, por anticipo, conoce las respuestas; un poder que sabe mucho. “Imagínate es un jefe…”, dice contundente Tabo. La obra no busca retratar la realidad cubana, pero la sola sugerencia aterra; de allí el empeño por catalogarla extranjerizante y ajena. Los años siguientes conducirán a Virgilio a los círculos de gris traductor, al aislamiento y a la marginación de la vida cultural. Dos viejos pánicos se montará sólo hasta 1985.

Fuera de juego y Los siete contra Tebas se publican con los votos de los miembros del jurado (hay que exhibir a los responsables), y con senda nota que advierten de las herejías contrarrevolucionarias, y no tanto de la obra Fuera de juego sino del autor (Padilla) que tiene actitudes críticas y antihistóricas. Es decir, desconoce los frutos finales de la revolución y hace trasposiciones que no corresponden a Cuba: persecuciones, censuras, encarcelamientos y otras purgas siberianas; comparaciones que “sólo podrán establecerse en la ‘conciencia sucia’ del que haga paralelos”(20), advierte la UNEAC a nuestra cochambrosa hermenéutica. El antihistóricismo se expresa en la exaltación de lo individual frente a las demandas del pueblo, y desconoce el “desarrollo histórico y manifestando su idea del tiempo como un círculo que se repite y no como una línea ascendente” 21). Más claro ni el vodka. El realismo socialista embriaga a la UNEAC.

Avila publica “Las provocaciones de Padilla” y da un repaso de las actividades del poeta, no falsas por cierto, pero miente cuando lo acusa de intrascendente y buscador de fama; ya que quién se hospeda en el Hotel Nacional para escribir y se codea con los intelectuales extranjeros difícilmente puede ser catalogado de intrascendente. Avila da con el mecanismo de Padilla, cosa nada difícil: “bajo el disfraz de condenar el panfleto revolucionario, ha comenzado a escribir, están escribiendo ya (y publicando) panfletos contrarrevolucionarios”(22).

En efecto, todo discurso político al ser reducido a sus mínimos elementos nos muestra sus paños menores; Padilla, antiguo cantor de loas revolucionarias, ahora las revierte y parodia. En “Tiempos difíciles” leemos: “A aquel hombre le pidieron su tiempo/ para que lo juntara al tiempo de la Historia/ Le pidieron las manos,/ porque para una época difícil/ nada hay mejor que un par de buenas manos./”(23). Versos que se antojan en sintonía con el discurso de Fidel del 61, cuando se llamaba anteponer todo, incluso vocación artística, por la revolución escrita en mayúsculas.

En “Antón se va a la guerra” Avila explota contra Arrufat, lo acusa de haber publicado poemitas ambiguos, y del descaro de dar a conocer texto “Envío” de José Triana, “cuyo contenido era la inversión sexual en sus detalles más groseros”(24). ¡Ave Mar(x)ía! Pero cazar un Arrufat no es cazar un Padilla; el anatema de evasión no sirve. Arrufat ha defendido su obra con un comentario del “helenizante” Alfonso Reyes sobre Ifigenia Cruel. Avila no tiene más remedio que participar en la concepción del tiempo cíclico (que aterra porque anula el devenir como la continua lucha de clases; sin motor se queda la Historia) y muerde el anzuelo de Polinice: “para ti la justicia se llama Etéocles/ Etéocles la patria y el bien/ Me opongo contra esa justicia, lucho/ contra esa patria que me despoja y me olvida”(25). Avila comete la simpleza extrema (y tan extendida) de creer que la revolución es Fidel, y explota: “¿Qué cree este señor? ¿Qué le vamos a celebrar la gracia?¿Qué le vamos a representar su obra(……………) No, esta guerra nuestra es de veras, no es un juego (……………) No van a pasar inadvertidas sus insolencias”(26).

El notable peso que da Arrufat al diálogo alerta a la UNEAC: “los que abandonan su patria y van a guarecerse en la casa de los enemigos, a conspirar contra ella y prepararse para atacarla, dejan de ser hermanos para convertirse en trai¬dores. Sobre el turbio fondo de un pueblo aterrado, Etéocles y Polinice dialogan a un mismo nivel de fraterna dignidad”(27).

Si bien Arrufat comete la insolencia de presentar el terror popular frente a la invasión (otra vez el miedo, y el miedo no es espartano), el postulado de la obra no puede calificarse de contrarrevolucionario; Arrufat no apela ni busca el fin de la revolución. Los hermanos Etéocles (Fidel) y Polinice (los exiliados extremistas) se matan entre ellos, desaparecidos los extremos, es Polionte (el pueblo o una fracción revolucionaria) quién logra la reconciliación de la sitiada y tropical Tebas. Arrufat inaugura un proceso de crítica (característica ineludible de quién se pretende progresista) dentro de la revolución que, como advierte Avila, no pasa desapercibido. El autor será enviado 10 años a una biblioteca a cargar cajas, 15 no publicará, y en hasta el 2007 se monta Los siete contra Tebas. Según los ejemplares de Los siete contra Tebas y Fuera del juego no circulan jamás y sólo se mandan a las embajadas cubanas.

En el 66, El mundo alucinante había ganado el 2º lugar del premio a novela, pero la UNEAC se niega a publicarlo si Reinaldo Arenas no mutila los pasajes homosexuales. Tener por protagonista a un héroe extranjero, como Servando Teresa de Mier, es un asunto delicado; si se lo pone andar en un jardín de orgías deleitosas cuya desembocadura es un mar de semen, resulta impublicable. La obra puede ocasionar un conflicto diplomático con el México de priístas revolucionarios tan afectos a los exabru(p)tos nacionalistas.

Sin embargo, el verdadero motivo es la novela misma, dado que resulta contrarrevolucionaria por la manera en que despedaza el discurso monolítico de la Historia a través de la polifonía: Las memorias de Teresa de Mier son modificadas con el uso de diferentes personas narrativas. Arenas parodia el uso de las mayúsculas del poder: “La Sala de los Niños Que También Dieron su Sangre en Aras de La Patria”; con hipérboles desnuda el absurdo descomunal del Leviatán y su miseria, como aquella donde el palacio nacional (mexicana pajarera) con corredores kilométricos y cuartos de letrinas donde puede pernoctar un ejército; o ironiza con a la revolución traicionada cuando “el Señor Presidente, que caminaba muy orondo mientras bebía la sangre de un águila que él mismo había descuartizado"(28). Sí, Guadalupe Victoria y su corte son Fidel y el partido.

Y de la gran herejía de la homosexualidad, Arenas echará mano y trasformará, en sus textos futuros, los espectáculos de exhibición militar en espectáculos eróticos; así la mirada homosexual logra invertir la hipermasculinidad revolucionaria. En 1970, Arenas es mandado a cortar caña y allí escribe el poema El central donde describe a la plaza de la revolución con su artefacto de cemento y yeso (memorial del apóstol José Martí), donde: “Tras el uniforme, los jóvenes, sudorosos y viriles bultos configuran una extensión que cambia de sitio con rítmico andar. Tras las altas columnas, la clase dirigente recibe el solemne homenaje”(29). Se responderá con exceso y atrocidad al escritor.

En marzo 1971 las autoridades se dicen terminar sus fricciones con la Persona non grata de Jorge Edwards (representante del gobierno de Salvador Allende) y lo acusan de conspiración y es expulsado. Heberto Padilla es detenido, encarcelado y torturado. Su detención es el fin de la luna de miel entre intelectuales y la revolución. El PEN club de México publica el 2 de abril una carta exigiendo su liberación, el 9 aparece otra en Le monde (incluso firmada por Sartre, Cortázar, Fuentes y García Márquez) y después una más furibunda y torpe, redactada diestramente (con ideología de derecha, no por calidad literaria) por Vargas Llosa, y que Cortázar, nunca ingenuo, se niega a firmar (Léase el poema-respuesta “Policrítica en la hora de los chacales” que Cortázar envía a la directora de Casa de las Américas, Haydée Santamaría, sobre tal asunto).

El 27 se cita a los intelectuales a la UNEAC, Padilla ¡A la reja! leerá su patético mea culpa. José Portuondo ¡presente! presidirá la sesión en la ausencia (in)oportuna de Guillén. En el intelectualicidio, Padilla repasa su error de apoyar la novela Tres Tristes Tigres contra La pasión de Urbino de Lisandro Otero, deplora su Fuera de juego, lamenta haber molestado a los extranjeros firmantes de las cartas, ¡póngase diez pesos de multa!, abjura de sus comentarios mal intencionados contra la benevolente crítica de Verde Olivo, reconoce las virtudes de los artículos de Avila, se acusa de contrarrevolucionario y nombra a otros a Mamita y Nananina, no con máculas similares:

los juicios de Lezama no han sido siempre justos con la Revolución cubana. Y todos esos juicios, compañeros, todas esas actitudes y actividades a que yo me refiero son muy conocidas en todos los sitios, y además muy conocidas en Seguridad del Estado. Yo no estoy dando noticias aquí a nadie, y mucho menos a Seguridad del Estado; esas actitudes las conoce Seguridad del Estado, esas opiniones dichas entre cubanos y extranjeros.(30)

¿Cómo se llama cuando la tres veces invocada seguridad del estado está al pendiente las opiniones, juicios, actitudes y actividades de un intelectual? ¿Orquestación de la CIA? ¿Operación contrarrevolucionaria? ¿Distorsión histórica que busca empañar la relación Lezama-revolución? Padilla logrará exiliarse en 1981 (por intervención de Edward Kennedy, según Caín). Tres días después se celebra el congreso nacional de educación y cultura; Fidel arremete contra los intelectuales burgueses (los de las cartas, que incluyen a nuestro “perverso agitador del 68” José Revueltas, que firmó desde su suite en Lecumberri), también dice que la prioridad del Instituto del Libro deben ser las publicaciones sobre educación (por ahorro papel) y expone: “Por cuestión de principio, hay algunos libros de los cuales no se debe publicar ni un ejemplar, ni un capítulo, ni una página, ¡ni una letra! (APLAUSOS.)”(31).
Estos libros los hay, sin duda, pero el problema es cómo determinarlos y quién debe hacerlo (Diego de Landa y Juan Zumárraga han muerto); pero a Fidel no lo detienen tales minucias, lo tiene claro: “Y para volver a recibir un premio, en concurso nacional o internacional, tiene que ser revolucionario de verdad, escritor de verdad, poeta de verdad (APLAUSOS)” (32). ¿Escritor de verdad? ¿Poeta de verdad? ¡Venga la sentencia! De dicho congreso saldrá y se volverá ley excluir a los homosexuales de toda actividad cultural o pedagógica donde tengan contacto con la juventud. El realismo socialista ha triunfado y es la vo(dk)cación del escritor comprometido. Se inicia el “Quinquenio gris”, comandando por Pavón, donde la actividad literaria será fértil como un mujik en el desierto de Karakum (33).

AGUA DE OSHUN
Cuba no es una isla en la larga y funesta tradición homofóbica de Hispanoamérica, y, dentro del contexto histórico, los países vecinos no son ejemplos mejores; pero, en el caso cubano, la homofobia tuvo un papel central en los discursos oficiales, y se uso como ariete contra los intelectuales no afines a la orientación ideológica que buscaba hacer de la cultura un arma de la revolución. La homofobia, en la Cuba de los sesentas y setentas, bien muestra lo precario y risorio de la pretendida cultura dirigida frente a una de las mayores dinámicas intelectuales del siglo pasado. “Lezama, Piñera, Arenas; hacen una literatura”, dirá un Fronesis futuro. La homofobia, en aquella Cuba, sólo es otro párrafo del largo y balbuceante argum(i)ento de la siempre aterrada República frente a los poetas.
Largo plano al Malecón, a sus balcones y olas. Sin la “prima” retornan los amigos. “Hoy es cumpleaños del compañero”, y exigen a Vladi que muestre su carnet. Y sí, es su cumpleaños según su mica de la Unión de Jóvenes Comunistas (para efectos de visado léase sólo carné). Los amigos sugieren que coopere CUCs para comprar una botellita (vodka no, ron sí), doy y pienso en el mío (un rojinegro 26 de julio, caballero). Los amigos se pierden, como tantas cosas en La Habana, entre palabras y columnas, y viene el silencio. Vladi está nervioso; tendrá que ir a buscar a sus amigos porque ya tardan; pero no se mueve… reparo que aún tengo su carné y se lo regreso. Desaparece.
Con travelling circular cruzo la calle, camino en el bostezo de los leones que custodian el Paseo del Prado, tropiezo, Paseo de Martí, y no sé si soy yo, o es este olmo contra la noche, quien ha nombrado la lluvia. Dos nubes muy grandes chocan. La calle huele a relámpagos, a mármol; bajo la lluvia, bajo el olor, bajo todo lo que es una realidad, desemboco en Trocadero. Frente al número 162, unos muchachos juegan a la pelota y sumergen sus torsos desnudos en el agua de Oshun. Pienso en los cubanos bajo el peso de la Isla y del exilio…y como José Cemí, vuelvo a oír de nuevo: ritmo hesicástico, podemos empezar.


REFERENCIAS
1.Acuerdo de ICAIC sobre P.M. Cfr. Duanel Díaz Infante. “Orígenes, republica, revolución” en La Habana Elegante. no. 35. otoño. 2006. http://www.habanaelegante.com/Fall2006/Agosto2006.html
2.Lisandro Otero. “La casta de Caín”. La Jiribilla. No. 8. 2001.
3.Fidel Castro Ruz “Palabras a intelectuales” en http://www.min.cult.cu/historia/palabras.doc
4.Cfr. Pedro Campos Santos “Disidencia y diversionismo” http://www.analitica.com/va/sociedad/articulos/532866
5.Juan Antonio Blanco. “Cuba: otro futuro mejor es posible” Revista Factoría. No. 21 junio-septiembre 2003 http://www.revistalafactoria.eu .
6.II Informe de Gobierno 1° de septiembre de 1966. En http://www.diputados.gob.mx/cedia/sia/re/RE-ISS-09-06-13.pdf
7.Fecal. http://www.spp.gob.mx/prensa 16 de Septiembre de 2008.
9.Cf.  Manuel Díaz Martínez “Palabras contra intelectuales”  http://diazmartinez.wordpress.com/2006/09/02
10.Hay quien la ubica en 1961 bajo el nombre “Operación P”. Cfr. Héctor Santiago “Virgilio Piñera: un personaje en sí mismo” http://www.elateje.com/0203/especial%20020307.htm
11.Fidel Castro Ruz. “Discurso en la escalinata de la Universidad de La Habana” http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1963/esp/f130363e.html 13/ marzo/63.
12.Michel Foucault. Historia de la sexualidad. Cap. IV. Avellaneda: Siglo XXI, 2002. p. 124.
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13.Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Capítulo Único sobre Cuba 7/ abril /67. http://www.cidh.org/countryrep/cuba67sp/cap.1a.htm
14.Después de que Senel Paz gana el concurso internacional de cuento Juan Rulfo con “El lobo, el bosque y el hombre nuevo” (base del guión de Fresa y Chocolate.) y donde Paradiso tiene un lugar central.
15.Más adelante será distinguido como presidente del consejo de cultura e impondrá la parametración y otras miserias en el llamado Quinquenio gris (1971-1976).
16.Leopoldo Ávila. “Respuestas a Caín” en Verde Olivo, Año VI, no. 44. 3/nov/68. pp.17-18.
17.Sobre las presiones al jurado véase “Intrahistoria abreviada del caso padilla” de Manuel Díaz Martínez en http://www.literatura.us/padilla/diaz.html
18.Leopoldo Ávila. “Dos viejos pánicos” en Verde Olivo, Año VI, no. 47. 27/nov/68. p.18.
19.Virgilio Piñera. Dos viejos pánicos. La Habana.: Casa de las Américas. 1968. p. 75.
20.UNEAC “Declaración” 15/ nov/68 http://www.literatura.us/padilla/uneac.html
21.Ídem.
22.Leopoldo Avila. “Las provocaciones de Padilla” en Verde Olivo, Año VI, No. 45. 10/nov/68. pp. 17-18. http://archivodeconnie.annaillustration.com/?p=170
23.Heberto Padilla. Fuera de Juego. http://www.libreriahispana.com/padilla/fuera.html
24.Leopoldo Avila. “Antón se va a la guerra” en Verde Olivo, Año VI, No. 46.17/nov/68. pp.16-18.
25.Antón Arrufat. Los siete contra Tebas. UNEAC: La Habana. 1968. p. 76.
26.Leopoldo Avila. “Antón se va a la guerra” en Verde Olivo, Año VI, No. 46.17/nov/68. pp.16-18.
27.UNEAC “Declaración” 15/ nov/68 http://www.literatura.us/padilla/uneac.html
28.Reinaldo Arenas. El mundo alucinante. México: Diógenes. 1969. p. 194.
29.______________. El central. Seix-Barral. Barcelona. 1981. p. 14.
30.Heberto Padilla. “Intervención en la UNEAC”. La Habana: Casa de las Américas, No. 65-66.1971. p. 100.
31.Fidel Castro Ruz. “Discurso de clausura del primer congreso nacional de educación y cultura”. 30/abril/71 http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1971/esp/f300471e.html
32.Ídem.
33. Con la excepción del Concierto barroco de Alejo Carpentier. Véase la postura de Carpentier sobre el escritor comprometido en Papel social del novelista en revista Casa de las Américas, núm. 60. pp. 225-229. 1970.