Punto de vista

El viraje de Barak Obama

Por Carlos Mendo

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Domingo 20 de julio de 2008 | Publicado en edici�n impresa 

Flip-flopping es un t�rmino exclusivo de la jerga pol�tica americana. Seg�n el diccionario de Oxford, se aplica a las personas que dan un giro de 180 grados en sus posiciones pol�ticas. �Es Barak Obama un flip-flopper, o simplemente un pol�tico pragm�tico que sabe que desde posiciones que la sociedad americana considera de izquierda es m�s que dudoso que pueda instalarse en la Casa Blanca? El senador por Illinois se prodiga estos d�as en toda clase de foros para demostrar que sigue siendo el mismo de las primarias. El pol�tico nuevo, no contaminado por las maneras de Washington - vade retro para la mayor�a de la ciudadan�a-, que, con sus propuestas de nuevo cu�o, derrot� uno a uno a todos sus oponentes hasta conseguir el n�mero suficiente de delegados que le asegura, salvo cataclismo imprevisto -recu�rdese la batalla campal de 1968 en la convenci�n de Chicago- la nominaci�n dem�crata en Denver dentro de un mes.

Pero, ocurre que las primarias nada tienen que ver con las presidenciales. En las primeras, s�lo votan los fieles del partido, salvo en algunos estados donde se permite votar a los independientes. En las segundas, se convoca a toda la ciudadan�a. Y la historia de las elecciones presidenciales demuestra que desde posiciones de izquierda, o liberales para utilizar la terminolog�a americana, se satisface a un sector del partido dem�crata, pero se pierden los comicios. As� ocurri� con Adlai Stevenson, George McGovern, Walter Mondale o Michael Dukakis, por citar s�lo las m�s estrepitosas derrotas dem�cratas desde finales de la Segunda Guerra Mundial. Bill Clinton, el dem�crata m�s exitoso de las �ltimas cuatro d�cadas, lo comprendi� perfectamente y, como Tony Blair en el Reino Unido con su Tercera V�a, se present� ante el electorado como un New Democrat , libre de ataduras con los elementos m�s a la izquierda del partido.

Qu� ha hecho Obama para merecer el rechazo de muchos dem�cratas, que lo acusan pr�cticamente de apostas�a? Simplemente aprender la lecci�n de las primarias en estados clave como Ohio, Pensilvania, Virginia Occidental o Michigan, donde triunf� ampliamente el mensaje de su contrincante, Hillary Clinton. Obama y su equipo se dieron cuenta de que sin esos estados nunca conseguir�an la victoria en noviembre. Y empez� el viraje al centro. Desde entonces, Obama ha apoyado la decisi�n del Tribunal Supremo sobre el derecho constitucional a llevar armas; ha decidido cambiar la financiaci�n p�blica de su campa�a por la privada; ha apoyado la ley, patrocinada por Bush, que concede inmunidad legal a las compa��as de telecomunicaci�n que colaboran con el gobierno en la vigilancia telef�nica de posibles terroristas; apoya restricciones al aborto en los �ltimos meses de gestaci�n; se ha convertido en m�s halc�n que los propios halcones israel�es hasta el punto de defender la indivisibilidad de Jerusal�n, sin aceptar una capital palestina en la parte oriental de la capital jud�a. Y, aunque el martes reiter� su disposici�n a retirar las tropas de combate de Irak, -�ojo, s�lo las tropas de combate!-, en 16 meses desde su toma de posici�n, ha reconocido la mejora evidente de la situaci�n en el pa�s, ha elogiado la labor del general David Petreus y ha prometido trasladar todo el esfuerzo b�lico estadounidense a Afganist�n.

Su viraje le ha costado a Obama una reducci�n de 10 puntos en la ventaja que ten�a sobre McCain, seg�n una encuesta reciente de Gallup. Pero, esta encuesta y otras iniciales s�lo reflejan el desencanto inicial de los entusiastas. Porque lo que pierda por la izquierda lo ganar� por el centro, sobre todo ahora que John McCain se ha convertido en otro flip-flopper y ha protagonizado otro viraje, el suyo hacia la derecha. Es tremendamente instructivo leer la lista de asesores del candidato dem�crata. Encontrar�n que muchos les suenan. No pod�a ser de otra forma. La mayor�a pertenece a los equipos de Bill Clinton en sus dos mandatos. Con esa asesor�a, a nadie debe sorprender el golpe de tim�n al centro del candidato.

� EL PAIS, SL

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