Veintisiete a�os en prisi�n convirtieron a Nelson Mandela en el s�mbolo carism�tico de la lucha del pueblo negro por la abolici�n del apartheid. Se perfil� como el constructor de una �naci�n arco iris� en el seno de la cual tanto blancos como personas de color vivir�an en paz. Nelson Mandela, nacido en 1913 en Mvezo, Transkei, pertenece a la familia real del pueblo tembu, proveniente de la etnia xhosa. Su verdadero nombre es Rolihlahla Madiba Mandela. Su nombre de pila parec�a predestinado, ya que Rolihlahla significa "promotor de disturbios". Tuvo una infancia feliz, escuchando a los ancianos relatar la historia de su pueblo, cuando �ste era libre, antes de la llegada de los blancos. En ese entonces, la armon�a y la paz reinaban entre los tembu. En 1930, su padre falleci�: el rey de los tembu se convirti� en su tutor y lo envi� a un colegio metodista. En 1938 ingres� en la universidad de Fort Hare, exclusivamente reservada a la �lite negra. Para �l fue el primer impacto cultural: apren�di� ingl�s y la historia de las civilizaciones occidentales. Ah� conoci� tambi�n a Oliver Tambo, futuro compa�ero de lucha. En septiembre de 1941, Mandela particip� en una huelga de estudiantes que protestaban contra los malos tratos infligidos a una empleada negra. Expulsados durante algunos d�as, todos los huelguistas se reintegraron a la universidad, salvo Nelson Mandela. Adem�s, en desacuerdo con su tutor que deseaba casarlo, huy� de Transkei y viaj� a Johannesburgo. Mandela descubri� las realidades de la opresi�n blanca cuando se instal� en el barrio negro de Alexandra: pobreza, cesant�a y violencia eran pan de cada d�a en el township. Se inscribi� en la universidad de Witwatersrand y comenz� sus estudios de derecho. Para financiarlos, se desempe�� en una serie de peque�os empleos y fue finalmente contratado por un bufete de abogados blancos. La integraci�n fue dif�cil. Estos a�os reforzaron su odio profundo respecto del apartheid: en adelante, Mandela pretend�a luchar por la dignidad de la comunidad negra. Uno de sus amigos, Walter Sisulu, lo hizo conocer el ANC, organizaci�n fundada en 1911 pero que segu�a siendo elitista y carec�a de un programa de acci�n. Adhiri� a ella en 1944 y fund� junto con Tambo y Sisulu la Liga de la juventud, cuyo objetivo era reformar el ANC acerc�ndolo a las masas. En esa �poca, Mandela defend�a los principios del nacionalismo africano y rechazaba cualquier alianza con los otros partidos antiapartheid. Convertido en secretario y juego en presidente de la Liga en 1950, se perfilaba como el hombre de la renovaci�n. En 1949, Mandela y sus camaradas impusieron sus puntos de vista al ANC. Despu�s de integrarse al comit� de direcci�n, multiplic� las reuniones p�blicas en os guetos negros. Moviliz� las muchedumbres y su nombre empez� a circular cada vez m�s: se impuso a la cabeza del movimiento por los derechos civiles. Mandela pretend�a presionar al gobierno con actos no violentos como el boicot y las huelgas. Organiz� junto con otros dirigentes una campa�a de desobediencia civil o 1952, lo que le vali� una primera condena. El mismo a�o se convirti� en viceresidente del ANC y estableci� el �plan que apuntaba a democratizar el movimiento �principalmente por medio de la creaci�n de congresos locales�, evitando al mismo tiempo medidas represivas. En forma paralela cre� junto con Tambo el primer bufete de abogados negros de Sud�frica. Trat� entonces de ayudar en concreto a las v�ctimas de la segregaci�n racial: pero �qu� pod�a hacer frente a una justicia c�mplice del poder blanco? Su acci�n en favor de la paz prosigui�: suspendi� la lucha armada del ANC e inici� las negociaciones con De Klerk. Trabajando en conjunto, pusieron fin al apartheid y obtuvieron el premio Nobel de la paz en 1993. Tres a�os despu�s, Mandela se divorci� de su mujer Winnie, conocida por su discurso radical e implicada en un oscuro asunto criminal. Hombre de compromiso, supo defender ardientemente el principio �un hombre, una voz�. Model� Sud�frica a su imagen, humana y moderna. En sus apariciones p�blicas, Mandela disfrutaba bromeando y bailando al son de las arias tradicionales, vistiendo una remera con los colores de �frica. De esta manera, promov�a el programa �Masakhana� (�Construy�monos los unos a los otros�), basado en la reconciliaci�n y la confianza mutua entre las distintas comunidades. Asimismo, inaugur� grandes obras econ�micas y sociales para luchar contra las desigualdades. Mandela sigue siendo el principal garante de una Sud�frica multirracial. Su retiro de la vida pol�tica en 1999 dej� un vac�o inmenso: la etapa post-Mandela sigue siendo incierta. Una nueva era en Sud�frica: Las primeras elecciones multirraciales del 27 de abril de 1994 dieron la victoria al ANC (el Congreso nacional africano) con casi el 63% de los votos. El 10 de mayo, el Parlamento design� a Nelson Mandela como el primer presidente negro de la historia sudafricana. El nuevo jefe de Estado, de setenta y seis a�os, era un hombre de sonrisa traviesa y legendario buen humor. Hab�a recuperado la libertad tan s�lo cuatro a�os antes, despu�s de dieciocho a�os en el presidio de Robben Island y nueve a�os en Pollsmoor y Verster. A lo largo de toda su vida se present� como un interlocutor ineludible en busca de una transici�n pac�fica. Mandela ya no era el l�der de la comunidad negra, sino el que aunaba la naci�n sudafricana. Su tarea ya no era luchar contra un gobierno blanco racista, sino promover la reconciliaci�n. La nueva res�ponsabilidad que asumi� no lo amilan�: el combate, cualquiera que fuese, le era familiar. Los comicios de 1994 marcaron el nacimiento de la democracia en un pa�s donde la injusticia, la violencia y la persecuci�n racial hab�an dominado durante mucho tiempo. Asimismo, significaron la culminaci�n de la batalla heroica de un hombre contra el apartheid. Mandela, l�der durante toda su vida de la lucha por la igualdad racial y hu�sped durante 27 a�os de las prisiones estatales, ahora era un hombre de 75 a�os preparado para llevar a la pr�ctica su idea de �una nueva Sud�frica donde todos fueran iguales, donde todos los sudafricanos trabajaran juntos para conseguir la seguridad, la paz y la democracia de su pa�s�. La hist�rica elecci�n, que dur� cuatro d�as, provoc� colas kilom�tricas ante las urnas. Unos diecis�is millones de negros y nueve millones y medio de blancos, asi�ticos y mestizos ejercieron su derecho al voto. Tras el recuento devotos, Mandela hab�a obtenido m�s del 60 por ciento, dejando muy atr�s a su rival m�s pr�ximo, el ex presidente F. W. De Klerk, el hombre que hab�a empezado a abolir el apartheid cinco a�os antes. Mandela y Sud�frica hab�an recorrido un largo camino, pero d�cadas de abusos met�dicos hab�an creado problemas de lenta y dif�cil soluci�n. La propia campa�a electoral hab�a sido violentamente interrumpida tanto por enfrentamientos entre blancos y negros. Milicias traficantes de terror, como el Movimiento de Resistencia Afrikaner, emplearon bombas y balas para apoyar una patria s�lo de blancos. El zul� Mangosuthu Buthelezi, l�der del Partido Inkatha, recurri� al terrorismo para imponer un boicot a las elecciones. Su motivo para apartar a la gente de las urnas era asegurar la autonom�a zul� en la Sud�frica del post segregacionismo. Una semana antes de los comicios, la esperanza triunf� sobre el odio, y Buthelezi desactiv� el boicot. Mandela asumi� el cargo bajo la presi�n de una expectativa enorme. Muchos negros viv�an sin electricidad ni agua corriente, el 50 por ciento era analfabeto a causa de la ense�anza discriminatoria. Se esperaba que el 87 por ciento de la tierra cultivable, reservada a los blancos, fuera redistribuida �No esperen que hagamos milagros�, advirti� Mandela. Pero el hecho de que hablara como presidente de Sud�frica indicaba que ya hab�a ocurrido uno. |
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