Los Diaguitas

Wednesday, April 26, 2006

Extinción



Se defendieron del conquistador español en forma que merecieron que se les calificara como “gente belicosa”. En la época de la conquista hispánica se denominaba Provincias Diaguitas a cierta región del noroeste argentino, que comprendía los valles de Salta, Catamarca, Tucumán, La Rioja y las tierras altas de San Juan. La cultura que allí se desarrolló no tiene ligazón con la de las provincias de Atacama y Coquimbo, pese a que fueron las aparentes semejanzas entre una y otra las que llevaron a los primeros arqueólogos chilenos a adoptar este nombre para la cultura chilena de las provincias mencionadas. Con posterioridad, los estudios realizados por Francisco Cornelly echaron por tierra el presunto parentesco entre ambas culturas.

Actividad textil y orfebreria



Los diaguitas tuvieron dos tipos de cerámica ; una de tipo doméstico, que era sencilla en su forma y decorado, destinada a satisfacer necesidades prácticas como cocción y almacenamiento de alimentos y agua. La otra era destinada al culto de los dioses o al entierro de los muertos. Este último tipo de cerámica diaguita alcanzó una gran belleza.
Gracias a los aportes arqueológicos, se divide la evolución de la alfarería dibujada de este pueblo en cuatro etapas: La Arcaica, la Transicional, la Clásica y la de Influencia Incaica.
Etapa Arcaica: La alfarería constaba de algunos cantaritos y ollas rústicas, con trazos de líneas gruesas en el interior, que a veces se aplicaba también en el exterior del plato. Los colores usados eran rojos, como color de fondo y en los signos, el blanco y negro. En los más antiguos, también encontraron colores rojos, amarillos y negro.
Etapa Transicional: Aparece la influencia Chincha en la alfarería diaguita chilena, es la segunda etapa de la alfarería dibujada. Los colores que usan son el rojo, negro y blanco.
Etapa Clásica: En esta etapa aparecen los platos con paredes perpendiculares, los dibujos se hacen nítidos y el arte llega a un verdadero clasicismo muy bien definido. En este tiempo deben haber aparecido los jarros patos; entre los temas de sus diseños aparecen estilos nuevos, trazos sencillos de tamaño grande en color negro sobre fondo rojo, con una fina línea blanca que circunda el dibujo negro.
Etapa de Influencia Inca: Se caracteriza por la introducción del aríbalo, de platos planos, ornitomorfos o con asa y probablemente del plato campanuliforme, además de algunas reformas en la forma de los platos, calidad y color de ellos; esa influencia no es pareja en el territorio diaguita y se expresa con mayor fuerza en la parte norte (Copiapó) y disminuye hacia el sur.

Música - Cerámicas

MÚSICA:

De la música diaguita se ha podido conocer gracias a estudios arqueológicos. En los cementerios se han encontrado algunos instrumentos musicales, tales como una flauta de pan de cuatro voces hecha de piedra talcora. Probablemente esta flauta de pan era un instrumento popular, pero fabricada en materiales más livianos como caña o madera.
Otro instrumento musical de los diaguitas, es una especie de ocarina de greda, que emite cuatro voces. Un silbato de piedra con una perforación lateral, es otro instrumento que emite un sonido agudo. Este es diferente si está tapado o no el orificio lateral.



CERÁMICA:

Los diaguitas tuvieron dos tipos de cerámica ; una de tipo doméstico, que era sencilla en su forma y decorado, destinada a satisfacer necesidades prácticas como cocción y almacenamiento de alimentos y agua. La otra era destinada al culto de los dioses o al entierro de los muertos. Este último tipo de cerámica diaguita alcanzó una gran belleza.
Gracias a los aportes arqueológicos, se divide la evolución de la alfarería dibujada de este pueblo en cuatro etapas: La Arcaica, la Transicional, la Clásica y la de Influencia Incaica.
Etapa Arcaica: La alfarería constaba de algunos cantaritos y ollas rústicas, con trazos de líneas gruesas en el interior, que a veces se aplicaba también en el exterior del plato. Los colores usados eran rojos, como color de fondo y en los signos, el blanco y negro. En los más antiguos, también encontraron colores rojos, amarillos y negro.
Etapa Transicional: Aparece la influencia Chincha en la alfarería diaguita chilena, es la segunda etapa de la alfarería dibujada. Los colores que usan son el rojo, negro y blanco.
Etapa Clásica: En esta etapa aparecen los platos con paredes perpendiculares, los dibujos se hacen nítidos y el arte llega a un verdadero clasicismo muy bien definido. En este tiempo deben haber aparecido los jarros patos; entre los temas de sus diseños aparecen estilos nuevos, trazos sencillos de tamaño grande en color negro sobre fondo rojo, con una fina línea blanca que circunda el dibujo negro.
Etapa de Influencia Inca: Se caracteriza por la introducción del aríbalo, de platos planos, ornitomorfos o con asa y probablemente del plato campanuliforme, además de algunas reformas en la forma de los platos, calidad y color de ellos; esa influencia no es pareja en el territorio diaguita y se expresa con mayor fuerza en la parte norte (Copiapó) y disminuye hacia el sur.

Vestuario y utensilios



VESTUARIO:


Del tipo de vestimenta que usaban los diaguitas, se sabe que utilizaron el algodón y la lana de llama. Restos arqueológicos han podido determinar
que utilizaban collares y adornos de piedra de malaquita y de conchas.




UTENSILIOS:

Los diaguitas utilizaban distintos tipos de herramientas hechas de cobre, pinzas, cinceles, espátulas. También usaban herramientas de hueso, como cucharas magníficamente talladas con figuras de hombres y animales, también torteras que servían para hacer girar el huso de hilo, puñales, agujas, roldanas, barbas para arpón.

Los diaguitas también tenían una alfarería doméstica, que no era pulida ni pintada; era de color terroso, gris, muchas veces negro tizano por el uso en contacto con el fuego. Estos tipos de cántaros son variados en forma y tamaño: hay algunos rectos como taza, otros muy alargados, los hay como miniaturas y cántaros de hasta 32 cm. de diámetro, por 45 cm. de largo.

Actividades de subsistencia


Los diaguitas fueron sedentarios. Por el carácter de su economía, tendieron a concentrarse en los valles donde practicaban la agricultura, la caza, el pastoreo y la pesca.
A la llegada de los españoles en el siglo XVI, desarrollaban una agricultura bastante avanzada pues empleaban técnicas como el riego y el cultivo en terrazas. En éstas sembraban maíz, papa, quínoa, algodón y zapallo. Todos estos cultivos eran de alto rendimiento. Otra de las actividades que realizaban era el pastoreo de rebaños de llama que habían logrado desarrollar con la domesticación de este animal. El pastoreo de ganado auquénido, fue una tarea paralela que consumía parte del tiempo de familia. Casi todo el año, los animales eran alimentados en los pastizales cercanos a los valles. Pero al acercarse el verano, los rebaños eran trasladados hasta los ricos pastos cordilleranos. Esta actividad se complementaba con la caza del guanaco.
Los diaguitas también practicaron el comercio con los pueblos de la costa, de los cuales obtenían pescados, mariscos, conchas, plumas de aves, cuero de lobo de mar, etc. Por su parte, mantenían comercio con los pueblos del interior que les proporcionaban: metales, sal, coca, y algunos alimentos vegetales.
La dieta alimenticia de los diaguitas estaba constituida por los cultivos de maíz, frijoles, papas, porotos, zapallos y quínoa. Además de lo anterior, se complementaba con semillas y frutos silvestre del algarrobo, chañar y cactus ( tuna ) . También fabricaban chicha de molle y del algarrobo. Complementaban la dieta con la caza de aves y roedores, más la crianza de llamas y guanacos y el intercambio con la costa, que proporcionaba el pescado y los mariscos.
Como medio de transporte para recorrer las rutas que unían la costa con los pueblos del interior, los diaguitas utilizaban la llama.

Religión - Arte

RELIGIÓN:


Los diaguitas adoraban al sol. Tenían sacerdotes especiales, "magos" o "hechiceros". Creían en la inmortalidad del alma aun cuando desdeñaban la antigüedad y la profundidad de esas mismas creencias.Los sacerdotes eran también médicos. Cuando un diaguita se hallaba enfermo y próximo a morir, sus parientes lo velaban en medio de copiosas libaciones. Esto lo entendían como una defensa de las fuerzas malignas que le amenazaban. Las ceremonias del entierro duraban ocho días y luego se quemaba la casa para impedir su regreso. Como para ellos sólo existía la muerte violenta, todo fallecimiento se suponía provocado.La creencia en el más allá se reflejaba en todo un ciclo de ceremonias relacionadas con la muerte, desde el entierro en "posición ritual" hasta la elaboración de sepulturas pircadas acompañando al muerto con su ajuar funerario. Los adultos eran enterrados en cámaras pircadas o directamente en la tierra, salvo en algunos casos se les enterró en urnas, a la manera de los niños.





ARTE:

Las pictografías son numerosísimas en la región. Generalmente se trata de reproducciones de figuras aisladas, aunque la exigüidad de la pared lítica que las contiene les dé un engañoso aspecto de composición. Algunas parecen haber sido escenas de conjunto. Los animales están también representados.La música tenía cierto tinte militar. Tocaban pingollos y cornetas. Además utilizaron la flauta de pan, la flauta análoga en madera, la flautas simples, silbatos, ocarinas.Vivían en casas cuadradas, hechas de piedra y con techo de paja.Fueron guerreros valientes y enfrentaron tanto la conquista de los Incas como la de los españoles.Sus armas típicas eran el arco y la flecha y combatían de a pie.

Ubicación geográfica

Los diaguitas habitaron el Norte Chico, teniendo como límite norte el río Copiapó. Su límite sur no está bien definido, pues según algunos estudios sería el río Choapa y según otros, el río Aconcagua.
Las características geográficas de la zona que habitaban los diaguitas corresponden a los Valles Transversales, formados por las cadenas montañosas que se desprenden de la Cordillera de los Andes interrumpiendo la planicie interior. La vegetación se componía de jarales, chañares, algarrobos y pimientos. Degus, zorros, perdices y vizcachas constituyen parte de la fauna de esta zona.

Tuesday, April 25, 2006

Alimentación y vivienda

Aunque el maíz era la base de su alimentación, también los porotos y el zapallo formaban parte de su dieta.
Los diaguitas habitaban dos tipos de aldeas según fuera tiempo de paz o de guerra.

En tiempo de paz las aldeas estaban formadas por viviendas fabricadas con material ligero de origen vegetal. En un caso, se especifica que las casas se concentraban en un espacio reducido, "estaban muy espesas", señala un cronista. Entre las casas de estos pueblos se destacaba la "ramada o casa grande" del jefe, probablemente vinculada a sus necesidades ceremoniales o a sus hábitos poligénicos. Otra estructura que se debió destacar en la aldea o en su proximidad era la casa o especie de santuario del chaman o sacerdote del valle.
En tiempos de guerra, los diaguitas habitaban aldeas fortificadas o pukara, ubicados en sitios elevados, de difícil acceso, fáciles de defender y apropiados para arrojar proyectiles desde lo alto a los atacantes. Eran construidos con murallas de piedras y en algunos casos se describen entradas de madera y estacadas o palenques.

El pueblo diaguita

También llamados “calchiquies”, cultivaron el maiz con el sistema de terrazas, obtenian lana de las llamas, el guanaco y la vicuña. Trabajaron el oro, plata y cobre.


La Cultura Diaguita, agrícola y alfarera, existió entre el siglo VIII y XV d. C, y fue contemporánea a la cultura atacameña. Esta etnia posiblemente emparentada con los diaguitas argentinos, habría cruzado la cordillera para asentarse en los fértiles valles del Norte Chico entre los ríos Copiapó, Huasco, Elqui, Limarí y Choapa, entre los siglos V y VI. Al asentarse en esta área habría reemplazado a la antigua cultura de El Molle, que se extendía desde el valle del Huasco por el norte, hasta el Choapa por el sur. Los Diaguitas son reconocidos por su arte cerámico, que se caracteriza por su fina factura y rica decoración con figuras geométricas: líneas rectas, zig-zag y triángulos adosados a una línea. Sus colores son generalmente el blanco, rojo y negro. A grandes rasgos, su alfareria se puede dividir en dos tipos de tiestos, unos destinados al uso cotidiano, los jarros zapato, y otros utilizados para fines ceremoniales y rituales, los jarros pato, más finos y de mayor elaboración


Organización Social



La familia diaguita vivía concentrada en pequeñas aldeas de distribución dispersa. Sus miembros desarrollaban una intensa producción de alimentos al amparo de la agricultura y la ganadería.
Dentro de la organización de la familia diaguita era frecuente la práctica de la poligamia. Los señores se casaban con 10 ó 12 mujeres, mientras los hombres comunes tenían sólo 1 ó 2 esposas.
La organización socio-política de los diaguitas estaba basada en un sistema dual. Cada valle era concebido como una unidad integrada por dos partes: el sector alto y el sector bajo de cada valle. Existía una clara relación entre la organización del espacio territorial y el control político ejercido, donde cada uno de estos sectores era gobernado por un jefe o señor, que simbólicamente era considerado hermano del jefe de la otra mitad. La evidencia indica que aunque existía rivalidad entre estas mitades y los señores, éstos tendían a actuar de común acuerdo.
Es posible que los señores asumieran su cargo sobre la base de un sistema de herencia o de elección. Gozaban de privilegios notorios: la vivienda y el vestuario de estos señores era destacada y de mejor calidad. Se casaban con 10 ó 12 mujeres. Se les daba un saludo especial y su opinión era consultada y en algunos casos era decisiva. Probablemente tenían privilegios económicos: un mayor número de animales y más tierras que los demás. Aparentemente el conjunto social les prestaba servicios periódicos para atender sus bienes. Estos servicios eran retribuidos por el jefe con su labor de conducción y además con numerosos regalos que creaban la obligación de nuevos servicios cuando el señor lo demandara.
Las decisiones importantes se tomaban colectivamente en una asamblea con carácter ceremonial. En ellas podían participar todas las personas que estaban en condición de tomar armas.
En caso de amenazas o ataques externos, los diaguitas se organizaban colectivamente para hacerles frente. Las armas que utilizaban consistían en lanzas largas, hondas, dardos arrojadizos, arcos y flechas, macanas, galgas (rocas grandes que echaban a rodar desde lo alto de los cerros), y ollas con fuego en su interior. Utilizaban cueros de animales como petos y escudos.
Su organización socio-política se puede describir como una federación de señoríos, que en todo caso no alcanza el nivel de Estado.

Reseña Histórica

La zona de los valles transversales entre los ríos Copiapó y Choapa, en el siglo XVI D.C estaba habitada por el pueblo Diaguita.
Su origen se entrelaza con la cultura de El Molle. Esta constituía un pueblo cazador con rudimentarios conocimientos en agricultura y cerámica, que hacia el siglo V D.C, fue conquistado por un pueblo que emigró del noroeste argentino, que hablaba lenguas de la familia diaguita y que evolucionaron en el Norte Chico hasta la llegada del conquistador.
Con el aporte de la arqueología se ha podido determinar que hacia el 1300 D.C los diaguitas constituían una sociedad agro-alfarera, con una forma de vida sedentaria que vivían principalmente de la agricultura y la ganadería. Construían aldeas y poseían una estructura política dual.
Los diaguitas desarrollaron la cerámica con gran maestría. Confeccionaron dos clases de cerámica: una sencilla y sin decorado, destinada al uso doméstico y otra decorada con trazos y signos geométricos en rojo, negro y blanco, utilizada en determinadas ocasiones. Sus formas más típicas fueron el Jarro Zapato y el Jarro Pato. Además fabricaban adornos de plata y cobre.
La conquista de los Incas se produjo aproximadamente hacia 1470 D.C. A partir de esta fecha comenzó el proceso de transculturación del Incanato hacia la cultura diaguita, lo que se puede apreciar con mayor claridad en la cerámica del período (la forma, el decorado y las técnicas de las cerámicas Incas son adoptados por los artesanos diaguitas).
A la llegada del conquistador español, en 1535, los diaguitas habían alcanzado un alto nivel en la explotación agrícola y ganadera, complementándolos con la explotación de los recursos costeros. Posterior a la conquista española la población diaguita fue disminuyendo paulatinamente por efecto de la guerra, epidemias y mestizaje.