El fin de los centímetros de más ha pasado de ser una utopía a convertirse en una realidad factible y constatable. La cavitación reduce allí donde se desea, de manera fácil y cómoda, sin dolor, ni anestesia lo que sobra, eliminando la grasa. Para conseguir, como por arte de magia y de la tecnología, lucir un cuerpo de ensueño.
Cartucheras, vientre y muslos son, sin temor a equivocarse, algunas de las zonas que traen de cabeza a un mayor número de personas. Pero estos problemas tienen los días contados con la cavitación, una tecnología que están haciendo furor y obteniendo cada vez mayores partidarios dados sus irrefutables beneficios.
Una de sus ventajas, y no pequeña, es su rapidez. Además de su actuación en zonas localizadas y la ausencia de dolor del tratamiento. Y junto a las áreas indicadas tampoco escapan a sus “tentáculos” el abdomen -otro de los puntos clave-, los flancos, tobillos, pantorrillas, brazos y rodillas.
Las candidatas y candidatos perfectos para usarlo son todas esas personas que quieren reducir volumen, poseen piel de naranja, o tienen capas de grasa excesiva. También puede resultar adecuado para tratar el tejido antes de someterse a una liposucción, corregir posibles imperfecciones tras ellas o para reabsorber acumulaciones localizadas de grasa.
Y algo fundamental ¿cuándo llegan los resultados? Pues prácticamente de inmediato. Tras concluir la primera sesión se nota la pérdida de volumen, la reducción de centímetros y el alisado de la piel.
Teoría aplicada
Los artífices de este “milagro” son los ultrasonidos, ondas sonoras con una frecuencia superior al margen de audición humana -es decir, 20 KHz-. Con los ultrasonidos se produce un calentamiento local que se utiliza, por ejemplo, en las rehabilitaciones.
Su efecto mecánico se basa en la ruptura de las células por la energía ultrasónica y se aprovecha en medicina estética en lo que conocemos como cavitación. Este tratamiento consiste en la formación de burbujas de gas disuelto o de vapor, que pueden converger y provocar el estallido celular, por el aumento del tamaño y la vibración de las burbujas. La diferente presión creada por los ultrasonidos provoca pequeñas burbujas en el tejido adiposo, haciendo estallar el adipocito. El resultado es una sustancia grasa líquida, fácil de eliminar por el organismo, básicamente a través del sistema linfático y que se evacua a través de la orina.
El número de sesiones a realizar dependerá, como es natural, de cada caso y del equipo utilizado. No obstante, una buena media es la situada entre las 8 y las 12 sesiones, a razón de una o dos a la semana, aunque la segunda no se recomienda antes del cuarto día, pues el cuerpo tarda tres días en eliminar por completo las sustancias líquidas. Conviene, además acompañar el tratamiento con una copiosa ingesta de agua, al menos, se debe beber un litro y medio del líquido elemento repartido antes y después de cada sesión.
Interviú
“Las mujeres buscan en la cavitación corregir volumen en la cara interna de rodillas, glúteos, abdomen y cartucheras y mejorar problemas de textura de piel con celulitis. Los varones quieren reducir flancos y abdomen.”
La doctora Royo de Torre, profesional de la Unidad de Medicina Estética Corporal del Instituto Médico Láser IML, arroja luz sobre el efecto de la cavitación y los requisitos que sus equipos deben cumplir. Algo sumamente interesante si tiene en mente comprar o alquilar uno de ellos para ampliar los servicios de nuestro centro.
¿En qué consiste la cavitación?
Es el resultado del efecto mecánico-térmico de la interacción de las ondas ultrasónicas con los tejidos por donde se propagan. La emisión de ultrasonidos a nivel de la superficie externa de la piel produce cambios de presión en el líquido intersticial del tejido graso, generando microburbujas (cavidades) que primero implosionan y, más tarde, estallan. Esta sobrepresión destruye las células grasas. El contenido de grasa de estas células o triglicéridos se fragmenta en diglicéridos, eliminándose de forma natural a través de los sistemas urinario y linfático.
¿Qué características requiere un aparato de cavitación? ¿Qué puntos debe tener en cuenta un profesional que quiera comprar o alquilar un equipo de cavitación? En primer lugar, el equipo debe ser seguro, con un buen sistema de refrigeración para evitar quemaduras en los tejidos. Con parámetros adecuados para conseguir la resonancia en el tejido graso (respetando el resto de órganos y tejidos adyacentes, como vasos y nervios). Además, dichos parámetros deben permitir trabajar a distintos niveles de profundidad para poder obtener reducciones volumétricas.
Consideramos que también debe tener un sistema que permita modificar la temperatura del manípulo y obtener así simultáneamente “skin-thightening”. Es interesante que permita realizar ajustes de parámetros que le hagan capaz de trabajar tanto en campos grasos infiltrados con solución hipotónica como no infiltrados.
Y como cualquier tecnología, necesitamos que el equipo requiera un mantenimiento sencillo, sin consumibles o consumibles de bajo coste. El profesional que realice el tratamiento agradecerá que el manípulo sea ligero en peso, para que la sesión no sea cansada. También interesa que tenga un tamaño lo suficientemente reducido para poder acceder tanto a zonas de pequeño como de gran tamaño.
¿Cuántas sesiones son necesarias para observar resultados por término medio?
Un mínimo de diez sesiones para zonas sin infiltrar y un mínimo de seis sesiones para zonas infiltradas (hidrolipoclasia).
¿Quiénes son los principales usuarios de la cavitación y cuáles las zonas corporales más solicitadas?
Nuestros pacientes más frecuentes son las mujeres que buscan la corrección del volumen en la cara interna de rodillas, glúteos, abdomen y cartucheras. También para mejorar los problemas de textura de piel con celulitis.
Los varones cada vez son más y buscan en este tratamiento predominantemente la reducción de flancos y abdomen, cada día es más frecuente recibir en IML pacientes varones que se cuidan, hacen ejercicio y son disciplinados con la alimentación y, sin embargo, tienen zonas resistentes a reducirse en costados y abdomen.
¿En qué áreas se aplica y en cuáles resultan más efectivos y rápidos sus resultados?
Se aplica en cualquier área con suficiente grosor de tejido graso, salvo en tórax. La zona que suele responder antes es la rodilla y las más resistentes brazos y gemelos.
¿Qué ventajas tiene la cavitación frente a otro tipo de equipos que realizan tratamientos reductores?
La mayoría de los equipos mejoran el volumen del área tratada por reducción del tamaño del adipocito. En la cavitación, el adipocito se rompe y hoy día se acepta que en el adulto los adipocitos no tienen capacidad de multiplicarse.
¿Están los equipos actuales desarrollados ya al máximo nivel?
No, de hecho los equipos con los que estamos trabajando ahora en IML llevan incorporado un sistema informático que admite contínuas mejoras. Incluso, hemos renovado los equipos por otros actualizados recientemente. Cada vez son más rápidos y más precisos y admiten más parametrización, pero aún queda mucho por descubrir en esta tecnología.
¿Cuál debe ser la frecuencia de un buen equipo de cavitación?
En IML pensamos que la frecuencia debe estar entre 25-50 KHz para alcanzar profundidad en tejidos grasos. La potencia debería estar por encima de los 3w/cm2. En modo de emisión pulsátil para permitir pausas de enfriamiento de la piel que hacen el tratamiento más seguro y, al tiempo, incrementan el efecto mecánico de su forma de actuación.
¿Cuánto tardan los resultados en ser tangibles?
Estamos obteniendo resultados objetivables desde la primera sesión pero es importante que se haga una correcta selección del paciente. También es fundamental que el tejido esté hidratado y si no es así hay que hidratarlo. Esto es fácil si hacemos que el paciente beba una cantidad abundante de agua un tiempo antes de empezar el tratamiento.
FUENTE: expertosenestetica.es
Filed under:
Cavitación Estética, Celulitis, Liposuccion sin Cirugia by Cavitación Estética