Entrevista a Eduardo Galeano
05.04.10 @ 20:05:42. Archivado en Personajes, Literatura, Entrevistas, Cultura, Filosofía, Política
Para Eduardo Galeano, la vida es una caja de sorpresas. Y aunque esté acostumbrado a ellas, quizás le hayan sorprendido la cantidad y variedad de interrogantes que los lectores de BBC Mundo le plantearon.
Con qué sueña, para quién escribe, si es optimista o pesimista, si toma mate o fuma, qué piensa de la izquierda actual, qué opina del Premio Nobel a Barack Obama y si habrá una segunda parte de “Las venas abiertas de América Latina”. Con franqueza, Galeano respondió a estas y otras muchas preguntas personales e íntimas.
En sus respuestas es posible conocer un poco más al hombre y al escritor que durante más de 40 años ha hecho reflexionar a millones de personas sobre el estado del mundo.
“Escribo para quienes no pueden leerme, porque los libros están tan caros que de aquí a poco se venderán en las joyerías”, dijo con su habitual tono crítico.
El autor uruguayo se disculpó por no haber podido responder a más preguntas por motivos de tiempo. Sin embargo, hay mucho para leer y para descubrir sobre su pensamiento y su forma de ver la vida.
Del buen fútbol
¿Cuáles son los ingredientes que usa en su vida para mantener el entusiasmo y la felicidad?
Deberíamos embotellarlos y distribuirlos, eso sí, sin patente. Esther, Zaragoza, España
Embotellarlos, no puedo, porque se evaporan fácil. Lo que tienen de bueno es que regresan siempre, aunque a veces parece que se fueron para siempre. Regresan no sé por qué. Supongo que por gentileza de Dios o del Diablo.
Escribo para quienes no pueden leerme, porque los libros están tan caros que de aquí a poco se venderán en las joyerías.
¿Para quién escribe? ¿Es posible pensar- al decir de Umberto Eco- en un lector modelo? Bettina Casale Cervini, Buenos Aires, Argentina
Escribo para los amigos que todavía no conozco. Los que conozco ya están hartos de escucharme.
Le cuento que no tengo dinero para comprar libros y tampoco hay librerías en donde los vendan. Por eso no sé que preguntarle. Sólo se me ocurre: ¿qué siente de tanto escribir y escribir, cuando al final el mundo sigue más o menos igual o peor? Jesús, Huancayo, Perú
La verdad, ni yo me entiendo. Escribo para quienes no pueden leerme, porque los libros están tan caros que de aquí a poco se venderán en las joyerías. Pero eso sí, créame, las palabras viajan caminos misteriosos, y andan por donde ellas quieren, sin pedir permiso.
¿De qué equipo(s) de fútbol es hincha? (En Uruguay y en el mundo) Camilo Rueda, Bogotá, Colombia
Todavía soy hincha de Nacional, aquí en el Uruguay, el club de mis amores desde mi más tierna infancia, pero sobre todo soy hincha del buen fútbol, y cuando ese milagro ocurre, lo agradezco sin mirar el color de la camiseta. Y si el buen fútbol proviene de un club chiquito, casi desconocido, pues mucho mejor todavía.
La vida según Galeano
En alguna parte dijiste que te caes y te levantas varias veces al día. Yo, en cambio, no sé como levantarme cuando tropiezo. ¿Cómo lo haces? Alejandro, Quito, Ecuador
Te parecerá una tontería, pero de veras te juro que pienso: Si me caí, es porque estaba caminando. Y caminar vale la pena, aunque te caigas. Yo soy caminante, a la orilla del río que llamamos mar, aquí en Montevideo, camino horas de horas, y las palabras caminan dentro mio y conmigo. A veces se van, y me cuesta seguir solo, sin ellas.
"Somos todos gotitas de algún río, brisas de un viento que no acaba cuando la propia vida acaba...".
¿Qué es la vida para usted, en una sola palabra? Rene Ramos, Lima, Perú
En cuatro palabras, no en una: Una caja de sorpresas.
¿Con que sueña? ¿Tiene un sueño recurrente? Rita Corbo, Montevideo, Uruguay
Mis sueños son de una mediocridad inconfesable. Los que más se repiten son los más estúpidos, pierdo un avión, discuto con un burócrata, cosas así. ¿Qué feo, no? Me consuelo recordando aquellos versos de Pedro Salinas que dicen que “los sueños son verdaderos sueños cuando se desensueñan, y en materia mortal encarnan”.
¿Escribís tomando mate? Camilo Melgar, Ciudad de Guatemala, Guatemala y Viena, Austria
No, ya no tomo mate.. Tuve que dejar, hace años, como he dejado también el cigarrillo, que tanto me acompañó durante tanto tiempo. Ahora escribo con cerveza, o algún otro trago. Y mientras escribo, hablo solo, en voz alta. Quien me ve de lejos cree que soy un borracho perdido. Perdido soy, quizá, no sé; pero borracho no. Me gusta beber y por eso no me emborracho: el trago exige que no le falten el respeto.
¿Por qué la gente sigue creyendo aún en Dios? ¿Consideras que esta creencia retrasa al ser humano? Pedro Freire Alvarado, Guayaquil, Ecuador
Dios es el nombre que damos a la fe, y por eso es múltiple, aunque muchos crean que la diversidad de la fe es una herejía digna de castigo.
Política, globalización y América Latina
¿Qué opina del Premio Nobel recibido por Barack Obama? ¿Cómo se justifica recibir ese Premio? Martín, Gálvez, Argentina
Me pareció un chiste de mal gusto. Pero nada tiene de raro, teniendo en cuenta que hace un siglo el Premio Nóbel de la Paz fue concedido a Teddy Roosevelt, un enamorado de la guerra, que hasta escribió un libro proponiendo la guerra como remedio de la cobardía y la debilidad de los machos en el mundo.
Yo no creo en los optimistas full-time. Esos son farsantes o ciegos.
Nací en Estados Unidos de un padre uruguayo y una madre americana quien nació en Turquía. Entonces, sin duda, soy un producto de globalismo. ¿Qué piensas de nacionalismo y patriotismo? ¿Son buenos o crean más problemas? ¿Son partes inseparables de la identidad? Raúl Guizzo, Ft. Lauderdale, EE.UU.
Antes de que se inventara esa horrible palabra, globalización, que designa a la dictadura universal del dinero, existía otra, linda, generosa, la palabra internacionalismo. Yo la sigo prefiriendo. Para mí, sigue significando algo así como que podemos ser compatriotas y contemporáneos de todos los que tengan voluntad de justicia y voluntad de belleza, hayan nacido donde hayan nacido y hayan vivido cuando hayan vivido, sin que importen ni un poquito
las fronteras del mapa ni del tiempo.
Nuestra América toda, ¿tiene posibilidades de sanar? María Gloria González Sánchez, Venezuela
Claro que sí. Tan enferma no está, si se compara. Todavía tenemos, por ejemplo, capacidad de locura, que es el síntoma infalible de la buena salud.
El mundo ¿al revés?
Me gustaría saber como ve usted este siglo veintiuno ¿con pesimismo? ¿Con optimismo? Javier, Brisbane, Australia
Yo no creo en los optimistas full-time. Esos son farsantes o ciegos. Yo soy optimista y pesimista también, según la hora y el día, creo y descreo, celebro y lamento este tiempo nuestro y este mundo que nos ha tocado. Cada tiempo tiene su contratiempo, es verdad, pero también es verdad que cada cara contiene su contracara. La contradicción es el motor de la vida: de la vida humana y de todas las otras vidas.
Asumir eso me ayuda a no arrepentirme de mis tristezas, de mis bajones, de mis malas músicas: ellas son partes inseparables de mí.
No tengo más talento que el que proviene de la experiencia: el mucho trabajo que cada día me tomo persiguiendo palabras que huyen.
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